Si pensamos en el Círculo Polar Ártico probablemente nos imaginaríamos un lugar desértico rodeado de condiciones climáticas extremas y, sobre todo, mucho, mucho frío.
Lo interesante de esta historia es una familia que ha conseguido construir su pequeño oasis acogedor en uno de los lugares más recónditos de Noruega y, seguramente, de todo el planeta.

La familia en cuestión, los Hjertefølger, lleva unos años viviendo en la isla noruega de Sandhornøya con la idea de vivir de una manera sostenible y evitando que el entorno hostil impidiera que tuvieran un hogar acogedor.
El resultado te va a parecer casi de ciencia-ficción.

La casa que se han construido dispone de tres pisos y está construida con arcilla, arena, agua y otros materiales, pero toda la materia utilizada es orgánica.
Lo más llamativo de la construcción es que tiene forma de domo o cúpula geodésica.

La cúpula tiene una altura que ronda los 5 metros y en el interior disponen de espacio suficiente para cinco habitaciones. En total, en la vivienda hay sitio para los seis componentes de la familia.
La cúpula geodésica que rodea a la vivienda es lo bastante grande como para abarcar terreno donde la familia planta manzanas, ciruelas, albaricoques, cerezas, kiwis, pepinos, uvas, tomates, calabacines y melones entre otros cultivos.

La cúpula geodésica hace la función de invernadero que les facilita mantener todos esos cultivos.
Impresionante, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una zona donde no hay luz solar durante tres meses al año.

El interior es acogedor, a pesar de estar rodeados del frío clima del Círculo Polar Ártico.
Desde dentro del domo pueden disfrutar de las espectaculares vistas que rodean a la vivienda, incluyendo las auroras boreales.

Nos encanta la casa; tiene alma propia y se siente muy personal. Lo que nos sorprende es el hecho de que nos construimos de nuevo a medida que construimos la casa
El ambiente de la casa y todo lo que la rodea casi recuerda a películas de ciencia-ficción futuristas, donde las familias viven en casas independientes y sostenibles. Básicamente solo necesitan una fuente de energía renovable para vivir desconectados.





