Este es uno de esos inventos que alguien debió inventar hace mucho tiempo, pero ya se sabe que las empresas son grandes seguidoras de la obsolescencia programada. Kenton Lee ha inventado estos zapatos ideados para que un niño pueda usarlos durante años, gracias a que pueden aumentar la talla 5 veces cada vez que sea necesario.
La idea es que los pequeños que viven en zonas pobres del tercer mundo puedan disfrutar de un buen par de zapatos durante mucho tiempo sin tener que desecharlos y tener que buscar otros cada vez que crecen un poco. Tener un buen par de zapatos no es algo trivial en el tercer mundo, porque los pequeños que van descalzos pueden sufrir infecciones y heridas que pueden complicarse.
El sistema es realmente sencillo y, en realidad, podría utilizarse en todo el mundo si no fuera por la manía que tenemos de tirar cosas para comprar otras nuevas aunque no nos haga falta.