Un profesor de Nueva York invitó a su hijo de 11 años a su clase. Lo que hizo fue increíble. Se puso de pie en una silla delante de la pizarra de la clase y dibujó de memoria un mapa del mundo.
El chico tiene autismo, una enfermedad que obstaculiza las relaciones sociales y la comunicación con otras personas pero las personas que lo padecen tienen, a su vez, algunas ventajas mentales. En este caso una memoria fotográfica y un talento para el dibujo. Link