Se llama “Passage du Gois”, Paso de Gois, y es un trozo de tierra que conecta a la isla de Noirmoutier en Francia con el continente. Cada vez que la marea cambia, la carretera aparece y desaparece, con lo cuál sólo puedes conducir por ella durante unas horas un par de veces al día. El resto del tiempo está oculta bajo el agua.
El camino mide más de cuatro kilómetros de largo, así que corres un pequeño riesgo de cruzarlo justo cuando la marea está subiendo y verte rodeado de agua a mitad del trayecto. Por eso se han instalado una serie de paneles que te avisan sobre si debes cruzar o no.
En caso de que cruces temerariamente, todavía puedes encontrar algunas torres de salvamento en las que refugiarte durante unas horas hasta que la marea vuelve a bajar. El camino está documentado desde hace 3 siglos, pero parece que todavía a nadie se le ocurrió elevar el terreno o construir un puente … imagino que para no quitarle romanticismo al asunto