Unos buenos padres saben que tienen que darle a sus hijos todo lo que necesitan y quieren, pero ¡hasta un límite! En este caso, esta niña de 3 años se negó a celebrar su fiesta de cumpleaños a menos que fuera temática, y el tema en cuestión fuera … la caca.
Los padres se llevaron meses intentando quitarle la idea a la pequeña, pero no hubo manera así que, al final, claudicaron y tuvieron que ingeniárselas para diseñar el evento. Al final, los que acudieron a la celebración pudieron afirmar sin duda que ‘la fiesta era una mierda’.