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Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Brigham Young encontró que tener un hermano, ya sea hermano o hermana, alentaba a los niños a ser serviciales, amables y hacer buenas obras. Por ejemplo, es más probable que un niño con un hermano ayude a alguien en la escuela.
El encontró que los hermanos podrían tener un impacto mayor en el buen comportamiento, incluso mayor que el impacto que pueden tener los padres.
La investigación es parte del Proyecto de Familias Florecientes de la Universidad Brigham Young. La autora principal del artículo del proyecto es la profesora Laura Padilla-Walker, de la Escuela de Vida Familiar de la universidad.
Su artículo de 2010 en el Journal of Family Psychology llegó a la conclusión estudiando a 395 familias con más de un hijo, donde al menos un hermano tenía entre 10 y 14 años de edad.
“Incluso después de dar cuenta de la influencia de los padres, los hermanos sí importan de maneras únicas”
“Les dan a los niños algo que los padres no”.
“Para los padres de niños más pequeños, el mensaje es fomentar el afecto de los hermanos”
“Una vez que lleguen a la adolescencia, será un gran factor de protección”.
Muchos padres se preocupan, como es normal, cuando ven que los hijos se pelean frecuentemente entre sí. El estudio encontró que esta hostilidad entre hermanos estaba asociada con un mayor riesgo de delincuencia.
Sin embargo, el estudio también encuentra un lado positivo en estas peleas: las peleas les dan a los niños la oportunidad de aprender a recuperar y recuperar el control de sus emociones, habilidades que son útiles en el futuro.
“La ausencia de afecto parece ser un problema más grande que los altos niveles de conflicto”.
