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Una aerolínea de Nueva Zelanda ha dado un paso adelante en el terreno ecológico y ha decidido substituir las tazas de plástico en las que sirve café a los pasajeros por otras fabricadas con un material comestible. De esa manera, la idea es la de reducir la cantidad de residuos que se producen en cada uno de los vuelos.
Las tazas están fabricadas con un tipo de bizcocho especial con sabor a vainilla lo suficientemente consistente como para que el café no lo empape, así que no corres riesgo de que te acabes manchando las manos o la camisa mientras bebes.
El ahorro no es poco, porque la cantidad de pasajeros que se mueven en los vuelos es muy alto, varios millones al cabo de un año. Imagina los miles de tazas de plástico que ya no van a desecharse diariamente y que iban a acabar en la basura. Además del ahorro del coste de almacenar y transportar esos desechos.
De momento, la compañía aérea está probando estas tazas en algunos vuelos y en cafeterías en tierra, y parece que la idea está funcionando y que la están aceptando con agrado. De hecho, están pensando en extender la idea más allá de los cafés y utilizar productos similares para servir postres.
El extra, como es lógico, es que después de tomarte tu café te puedes deleitar con la taza con forma de bizcocho.
Aun así, muchos ven insuficiente este gesto, porque el impacto contaminante que produce uno de estos aviones en cada vuelo sigue siendo elevado, pero sin duda se trata de un paso más que nos ayudará a mantener el planeta más a salvo.
